Un día le pregunté a mi tío Kiko por qué no le gustaba viajar. Me contestó que le deprimía tanto ver el Viaducto cuando regresaba a la Ciudad de México que prefería no salir. Ahora cada vez que paso por el Viaducto me acuerdo de él. Creo que si supiera esto se volvería a morir.
Está muy padre. Me imagino que te estás entrenando para haikus.
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Querida Olga: Me conmovió tu relato. Beso
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Olga querida: Me conmovió tu relato. Beso
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