Dice mi mamá que el instinto maternal* no existe. Me lo ha repetido hasta el cansancio. Me lo advirtió cuando me embaracé. Me lo recuerda cada miércoles. Supongo que mi hermano y yo crecimos salvajes…
Pero hoy no he venido aquí a hablar de mi infancia sino de un invento que revolucionará la industria de la crianza de humanos. Digo humanos porque los animales son más o menos predecibles, y las plantas se mueren ante cualquier provocación pero al menos dejan dormir. La crianza de infantes, en cambio, es un generador de ansiedad porque implica riesgos mayores (la Organización Mundial de la Salud menciona la pérdida de la cordura y la muerte por agotamiento como los más comunes**). La manera más sensata de prevenir estos riesgos es no tener hijos. Pero ni modo de dejar que la especie humana se extinga. Mi invento está dedicado a todos aquellos que no tuvimos la sensatez de abstenernos, porque los ansiolíticos no se recomiendan: no vaya a ser que la madre se quede dormida y el infante incendie la casa. Y los antipsicóticos, menos: no vaya a ser que la madre incendie la casa.
Tranquibebé® es una pistola de dardos tranquilizantes para bebés. Basta un disparo para interrumpir el llanto del crío y hacerlo caer en un sueño profundo. Algunos bebés de carácter inquieto necesitarán dos o tres dardos, pero nunca más de tres. Tranquibebé® es tan ligera como una pistola de agua. Es tan chiquita que cabe en el brasier (aunque hay que tener cuidado porque un abrazo puede activar el gatillo sin querer). Tranquibebé® viene en diferentes colores, igual que los nuevos emoticones políticamente correctos.
Tranquibebé® no requiere pilas. Los efectos secundarios pueden incluir indiferencia, fatiga, pérdida de la memoria, distorsión sensorial, risas involuntarias, sueño permanente, y comportamientos anormales como el júbilo excesivo. Hay que usarla con precaución.
Algunas personas se convierten en monstruos ante la falta de descanso. Es por ello que Tranquibebé® hará del mundo un lugar más pacífico. Las parejas volverán a leer el periódico sin interrupciones. Los padres volverán a conocer el silencio. Los viajes en avión serán un gozo.
Y hablando de viajes en avión, he imaginado una escena: dos madres con sus respectivos bebés en la misma fila de un avión. Un bebé llora a grito pelado; el otro duerme como ángel. La madre del ángel observa a la otra con compasión.
-¿Te digo un secreto?
-Por favor.
– Tranquibebé®.
-¿Perdón?
– Tranquibebé®.
-No entien–
– ¡Tranquibebé®! Lo último en tecnología para tranquilizar a tu bebé. Mira al mío: todo un ángel.
-¿Dónde lo consigo?
– ¿El Tranquibebé®? Si quieres te paso los datos de mi dealer. Es–
-¡Dámelo! Dame el Tranquibebé® .
La madre del ángel saca el Tranquibebé® de su brasier. Un pasajero la ve aterrado.
-¡Ah! ¡Una pistola!
Conmoción. Sobrecargos corren por el pasillo. Algunos pasajeros se tiran al piso. Otros lloran. El bebé angelical sigue durmiendo y sonriendo al mismo tiempo.
-¿Cómo la uso?
-Sólo dispárale a tu bebé.
Inhalación colectiva. Un valiente se avienta por la pistola. La madre del llorador se resiste.
-No, no, no. Sólo un disparo, por favor.
Caos. El valiente y la madre luchan por la pistola que dispara por doquier. Los pasajeros caen dormidos, uno tras otro. Parecen ángeles.
-¡Asesina!
-No, no, no. No es lo que piensan.
El valiente y la madre forcejean. Los dardos salen disparados. Uno tras otro. La mamá del bebé llorador se muestra apenada.
-Perdón. No quisiera acabarme tus municiones.
-Tú tranquila. Es lo mínimo que puedo hacer.
Cada vez quedan menos pasajeros despiertos. Salvo el bebé llorador. El bebé llorador no para de gritar.
Sale el piloto de la cabina. Sale el copiloto. Los dos caen fulminados en un fuego cruzado que técnicamente no es un fuego cruzado porque sólo hay una pistola de Tranquibebé®. Parecen ángeles que duermen y sonríen al mismo tiempo.
La madre del bebé llorador logra arrebatarle la pistola al valiente. Le apunta a su bebé. Nada. Se acabaron los dardos.
-¡Noooooooooooo!
-Déjame ver en mi pañalera… No, no traigo dardos extras. Perdón.
-¡Noooooooooooo!
Tranquibebé® no incluye dardos extras. Hay que usarlo con precaución.
El pasajero valiente sigue sin entender el concepto
-¡Asesina!
-Están dormidos, idiota. Mira sus sonrisas.
-Ah, sí. Parecen ángeles.
Otro pasajero que está debajo de un pasajero dormido, se asoma.
-Perdón que interrumpa, pero si el piloto y el copiloto duermen, ¿quién está piloteando el avión?
Aquí termina la escena. El avión se estrella. Pero el bebé angelical no se inmuta porque Tranquibebé® es una ma-ra-vi-lla. Consígalo con su dealer de confianza.
*Este blog no discrimina por motivos de género. Vicente Fox escribiría “maternidad y paternidad” y “mamás y papás” y así. Pero yo no soy Vicente Fox, así que sírvase usted, lector de género masculino, a sustituir “mamá” por “papá” y “maternal” por “paternal” si ello lo ayuda a sentirse incluido.
**Estos datos no han sido verificados.
Esta idea la desarrollé en un grupo de sketch al que pertenecí y que ya no existe. Un saludo a Caleb, Zach, Nicole, y Ruben …aunque no hablen español.
Que bien que ya regresaste de la pesca, había que haber pescado un estado zen…
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Buenísimo! Donde puedo adquirir un Tranquibebé? Me urge tenerlo.
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Estoy trabajando en eso. Es que no es legal todavía…
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Sirve para gemelos? Yo te consigo el contacto en Disney para que se pueda vender ahí ya que hace mucha falta
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Claro. Estaría genial. Una edición especial para Disney con diseños de Mickey.
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